¿Habemos comunas?
Por Norberto Quaglia de la Proto Comuna Flores
Fuente: http://www.genteba.com.ar/politica/notas/pol_nota.php?id=1808
Recuerdo que el día que se sancionó la denominada Ley Orgánica de Comunas, anunciábamos a nuestros vecinos como si del recinto legislativo se hubiese levantado un tenue humo blanco que nos anunciaba el acuerdo, que desde ese momento teníamos Comunas.
Pasaron cuatro años, tres gestiones, ministros, secretarios, directores generales y lo único que anuncia a las comunas son unos carteles ya viejos que cuelgan de algunos edificios públicos que indican que ahí hay una comuna, nada más lejos de una Comuna que esos carteles, ya que la Comuna no es un edificio. La Comuna es una institución, una institución de la democracia participativa, como lo es también un ejemplo de lo que llamamos democracia de consenso ya que con la integración de un gobierno colegiado de siete miembros, se aleja del tradicional modelo de democracia de mayorías, en la que gobierna la primer minoría, a la que llamamos mayoría con la oposición de las otras minorías, en este modelo, el de las Comunas, tanto la primer minoría como las demás minorías, gestionan en forma conjunta el gobierno comunal compulsando en forma permanente sus políticas con el Consejo Consultivo Comunal, que ejerce algún tipo de control sobre las políticas públicas llevadas adelante por la Junta Comunal.
Cuando hablo de control, me refiero al control de la dirección u orientación que pueden tomar esas políticas públicas, la democracia participativa instaura sus instituciones con el objeto de que la participación de los ciudadanos permita corregir los desvíos que se puedan producir con relación a los objetivos a alcanzar, como así también generar las acciones que sean necesarias para que la gestión atienda las crecientes necesidades de los ciudadanos. “Todos los que se ven afectados por una decisión deben tener la oportunidad de participar en la toma de esa decisión”.
Entonces, las Comunas son eso, una Junta Comunal de siete miembros, integrada por personas elegidas a través del voto popular y provenientes de diferentes fuerzas políticas que conforman un gobierno colegiado, un Consejo Consultivo Comunal al que concurren los vecinos de los Barrios que conforman esa Comuna para intervenir en la planificación y en el control de la ejecución de las políticas públicas de esa Comuna y finalmente el territorio, o sea los barrios que conforman esa Comuna, ninguna de esos componentes por sí solo son las comunas, conformando un nudo borromeo en donde “tres ya no son tres sino uno”.
Hoy, sólo tenemos el territorio y un cartel en un edificio.
Los vecinos estamos haciendo esfuerzos para conformar los Consejos Consultivos, que es otro de los componentes, pero estos Consejos Consultivos no pueden ser comunales, si no hay Comunas.
Recuerdo que el día que se sancionó la denominada Ley Orgánica de Comunas, anunciábamos a nuestros vecinos como si del recinto legislativo se hubiese levantado un tenue humo blanco que nos anunciaba el acuerdo, que desde ese momento teníamos Comunas.
Pasaron cuatro años, tres gestiones, ministros, secretarios, directores generales y lo único que anuncia a las comunas son unos carteles ya viejos que cuelgan de algunos edificios públicos que indican que ahí hay una comuna, nada más lejos de una Comuna que esos carteles, ya que la Comuna no es un edificio. La Comuna es una institución, una institución de la democracia participativa, como lo es también un ejemplo de lo que llamamos democracia de consenso ya que con la integración de un gobierno colegiado de siete miembros, se aleja del tradicional modelo de democracia de mayorías, en la que gobierna la primer minoría, a la que llamamos mayoría con la oposición de las otras minorías, en este modelo, el de las Comunas, tanto la primer minoría como las demás minorías, gestionan en forma conjunta el gobierno comunal compulsando en forma permanente sus políticas con el Consejo Consultivo Comunal, que ejerce algún tipo de control sobre las políticas públicas llevadas adelante por la Junta Comunal.
Cuando hablo de control, me refiero al control de la dirección u orientación que pueden tomar esas políticas públicas, la democracia participativa instaura sus instituciones con el objeto de que la participación de los ciudadanos permita corregir los desvíos que se puedan producir con relación a los objetivos a alcanzar, como así también generar las acciones que sean necesarias para que la gestión atienda las crecientes necesidades de los ciudadanos. “Todos los que se ven afectados por una decisión deben tener la oportunidad de participar en la toma de esa decisión”.
Entonces, las Comunas son eso, una Junta Comunal de siete miembros, integrada por personas elegidas a través del voto popular y provenientes de diferentes fuerzas políticas que conforman un gobierno colegiado, un Consejo Consultivo Comunal al que concurren los vecinos de los Barrios que conforman esa Comuna para intervenir en la planificación y en el control de la ejecución de las políticas públicas de esa Comuna y finalmente el territorio, o sea los barrios que conforman esa Comuna, ninguna de esos componentes por sí solo son las comunas, conformando un nudo borromeo en donde “tres ya no son tres sino uno”.
Hoy, sólo tenemos el territorio y un cartel en un edificio.
Los vecinos estamos haciendo esfuerzos para conformar los Consejos Consultivos, que es otro de los componentes, pero estos Consejos Consultivos no pueden ser comunales, si no hay Comunas.
Es la conformación de la Junta Comunal la que dará vida a los Consejos Consultivos Comunales, ahí si ya hay tres que son uno. La existencia de la Junta Comunal es tan importante para el Consejo como lo es la existencia del Consejo Consultivo Comunal para la Junta, ya que la ruptura o la no conformación de este nudo impediría la existencia de la Comuna como una institución de la democracia participativa.
La Constitución de la ciudad es una Constitución de avanzada, tan de avanzada que las gestiones que se sucedieron desde 1996 no la han podido alcanzar, por eso es muy probable que la quieran derogar, pero sólo por incapacidad para alcanzarla y no por otra cosa. Debemos tener cuidado en este tema, ya que como son muchos los que están incapacitados para alcanzar a esta Constitución, muchos serán los que se adherirán a su derogación, soslayando una vez más a los vecinos que reclamamos una ciudad de avanzada que de cumplimiento a sus normas.
26 de Julio de 2008
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