SEGURIDAD PARTICIPATIVA Y POLITICAS INTEGRALES: COMO SE TRABAJA LA INSEGURIDAD Y LA VIOLENCIA EN COMODORO RIVADAVIA
Miradas alternativas frente a la “Tolerancia Cero”
¿Existen alternativas concretas para disminuir la violencia urbana? Qué se está haciendo en la Policía y las organizaciones de Derechos Humanos. Características del Programa de Seguridad Participativa.
Fuente: http://www.elpatagonico.net/index.php?item=nota&idn=29231&ref=hoy
“Hemos pasado de dormir con la puerta abierta a cerrar la puerta, a poner un perro, a poner rejas y a poner alarmas”, dice Claudio Spagolla, Jefe de la Unidad Regional. El titular de la Policía en la zona considera que Comodoro Rivadavia y Rada Tilly grafica un movimiento económico alrededor del petróleo que se traduce en un aumento de la población y agrega: “esto hace que haya modalidades delictivas nuevas, corrientes migratorias de delincuentes que eligen una ciudad cosmopolita con empuje y crecimiento”.
El sociólogo Loïc Wacquant describió en su obra “Las cárceles de la miseria” (Manantial 2004) cómo las corrientes de pensamiento de la derecha pregonan el concepto (mucho) más Estado Penal y (mucho) menos Estado Social (o lo que antes era conocido como Estado Benefactor). La política de “tolerancia cero”, cuyo referente es el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, se ha focalizado en penalizar a los jóvenes, los pobres y las minorías raciales.
Comodoro Rivadavia es una ciudad que comienza a sufrir los problemas de una metrópolis grande: violencia urbana, la represión policial y la desaparición forzada de personas en democracia. Es un contexto en donde los distintos sectores sociales optan por pedir “mano dura” y afirman que los presos “entran por una puerta y salen por la otra”.
Diario Patagónico investigó qué se está haciendo en materia de prevención de la delincuencia y qué alternativas existen a la “tolerancia cero”, la “mano dura”, la reforma del Código Penal, entre otras medidas que no son más que “combatir la violencia con más violencia”.
PREVENCION COMO OBJETIVO
Uno de los trabajos que se realiza en materia de prevención es el Programa de Seguridad Participativa que, si bien es sostenido por el Gobierno provincial, fue un modelo propuesto desde Comodoro Rivadavia en 2004.
A partir de ese momento, se iniciaron una serie de pruebas piloto en determinados barrios. Actualmente se desarrolla en Rawson, Puerto Madryn, Trelew, Esquel además de Comodoro Rivadavia.
El programa consiste en una política de seguridad pública integral, y por esa razón contempla un trabajo interministerial. El concepto es que distintos organismos del Estado articulen una red de abordajes para prevenir problemáticas violentas, al margen de contener e incluir a jóvenes en conflicto con la Ley Penal o en convivencia frecuente con la violencia.
Además de la Policía y su brazo social, la Policía Comunitaria, las operaciones incluyen a Uniones Vecinales, los “Centros de Día” (que colaboran en la rehabilitación de adicciones), Centros de Promoción Barrial (CPB), Centros Deportivos, Escuelas Públicas, entre otras organizaciones sociales y religiosas.
“El programa tiene objetivos claros de prevención del delito, pero nosotros le agregamos también ‘y de violencia’ porque consideramos que no todos los hechos que generan violencia pueden ser tipificados como delito” le dice a Diario Patagónico Daniel Colhueque, licenciado en Trabajo Social e integrante del Programa de Seguridad Participativa.
“El objetivo de nuestro trabajo, más allá de que esta institución (la Policía) tiene una tradición controladora y represora sobre acontecimientos delictivos, tenemos un enfoque preventivo”, agrega Colhueque.
El Programa de Seguridad Participativa contempla personal que realiza el trabajo sobre terreno con las tareas de acompañamiento y prevención. Los barrios priorizados en Comodoro Rivadavia son el Máximo Abásolo y su extensión, el Quirno Costa, la zona de Quintas, San Cayetano, Islas Malvinas (Cordón Forestal) y las zonas con ocupantes ilegales de la tierra.
Horacio Antinopay es Comisario de la Seccional Quinta, una de las impulsoras del programa. El funcionario policial sostiene: “Hay que fortalecer el trabajo con los menores de edad en conflicto con la Ley Penal. ¿Hay algún monitoreo sobre lo que está haciendo un chico después de salir de una dependencia policial más allá de concurrir a la escuela, qué otra actividad hace? Hay mucho tiempo libre en donde está desarrollando otras ideas, otras sugerencias que lo llevan a delinquir”.
Las actividades extracurriculares son parte de las propuestas para prevenir el delito en los jóvenes, porque no sólo fomentan el esparcimiento sino que también son un espacio de socialización. La detención puede provocar una mayor rebeldía dice Antinopay, o puede “profesionalizarse” si es encarcelado con personas mayores de edad.
“En la Seccional Quinta nos ocurrió que en la misma semana un chico de 17 años entró tres veces. No vive con sus padres, anda en la calle. Ese menor de edad tiene que comer, vestirse, abrigarse, pero duerme y se aloja donde se le hace la noche. Y tiene que delinquir producto del desamparo que tiene”, afirma a Diario Patagónico el comisario Antinopay.
POLITICAS PUBLICAS INTEGRALES
¿De qué no hay que olvidarse a la hora de armar una política integral de seguridad pública? Esa pregunta la llevó Diario Patagónico hacia la asociación civil Grupo Pro Derechos de los Niños. Uno de sus miembros fundadores, Pedro Morales, sentenció: “De lo que no hay que olvidarse es de una ‘medida previsora’ si es que la política y el plan de gobierno prevé alguna situación en especial que pueda llegar a producir cierto grado de crisis en la sociedad”.
En ese sentido, Roberto Llaiquel, otro de los integrantes de la organización promotora de Derechos Humanos (una de las pocas con las que cuenta la ciudad) afirma que el Estado “es una herramienta, es una garantía de la seguridad”. Y también cuestiona la “escuela de la Tolerancia Cero”: “en realidad es una doctrina vieja que la utilizaban los Imperios. Los Imperios se van mutando, transformando pero conservan estructuras consistentes que exigen una Democracia Participativa y altamente crítica”.
Las organizaciones no gubernamentales que trabajan con chicos en situación de calle son escasas en Comodoro Rivadavia. Y su trabajo es necesario complementar las tareas de la Policía Comunitaria. “Los equipos de trabajo tienen que multiplicarse para abordar todo en forma concreta. La Policía Comunitaria aborda el problema social sobre gente con situación de riesgo o con conductas delictivas, ellos trabajan para lograr una mediación o derivación del problema” explica Claudio Spagolla.
Pedro Morales es contundente: “No se está escuchando a ese nuevo sujeto (la juventud) para entender por qué ese grado de rebeldía y cómo empezar a trabajar en función de esa nueva generación. Desde la otra generación piden ‘mano dura’, pero no hacen nada por escucharlo y mucho menos sus representantes para aplicar una política que sea capaz de asistir las demandas de los jóvenes”
El licenciado en Psicología Manuel Correia, miembro del Grupo Pro Derechos de los Niños, opina al respecto de las voces que piden modificar las leyes: “Tenemos que ser muy cuidadosos al criticar la Constitución, porque los sectores conservadores quieren revisarla para quitarle todos esos elementos vinculados al derecho humano”.
Daniel Colhueque advierte: “Yo como profesional del Trabajo Social estoy bregando no solo para la prevención sino la inclusión de los niños y jóvenes, que son el grupo etáreo priorizado por nosotros. Está comprobado por las estadísticas que maneja la policía que el 85% de los actos violentos denunciados involucran a menores de edad”.
El programa de Seguridad Participativa intenta despojarse de la idea de “más policías o más cárceles”, y se abre a la reflexión del por qué una persona llega a la situación de calle y termina por abocase a los hechos violentos o delictivos.
No comments:
Post a Comment